LA GUERRA DEL ASIENTO

 

 

En febrero de 1741 el vicealmirante Edward Vernon se siente fuerte y capaz de dar el gran golpe en América. Ha obtenido muchos refuerzos, enviados desde Europa y desde las colonias americanas, tanto en tropas como en barcos como en artillería. Un apoyo tan insólito como apabullante con el fin de llevar a cabo el plan británico de derribo del imperio español.

 

Cuando puso su mirada hacia Cartagena de Indias (por tercera vez, que creyó definitiva) en la plaza española estas eran las fuerzas que podían defender la ciudad:

 

 

MANDOS

 

Teniente General del Ejército y Virrey de Nueva Granada Sebastián de Eslava

Teniente General de la Armada Blas de Lezo

Gobernador interino y Coronel Melchor de Navarrete

Coronel de Ingenieros Carlos Suillars Desnaux

 

 

 

TROPA

SOLDADOS (Batallón Fijo de Cartagena, más los refuerzos traídos por la escuadra de Rodrigo de Torres pertenecientes a los Regimientos de Aragón, Granada, Lisboa, Toledo, Navarra y España)

1.100

INFANTES de marina

400

MILICIAS

300 - 500

INDIOS flecheros (también había algunos negros y mulatos)

600

MARINEROS de Blas de Lezo

600

 

 

TOTAL

3.000 - 3.200

NOTA: esta tabla es la utilizada en la exposición Blas de Lezo. El valor de mediohombre, añadiéndole la cifra de marineros de Lezo cortesía del Museo Naval de Madrid.

 

De los 1.100 soldados, la tercera parte de ellos eran novatos.

 

Aunque 3.200 hombres es una cifra ridícula si la comparamos con el contingente inglés (que veremos más abajo), hay que señalar que todos los combatientes españoles demostraron ser una formidable fuerza cuyo rendimiento superaría en gran medida todas las expectativas, como vamos a tener ocasión de comprobar a lo largo de este capítulo.

 

En realidad, las tropas españolas debieron haber sumado 6.000 hombres, pero a causa del vómito negro, que es como entonces se le llamaba a la fiebre amarilla, los regimientos de refuerzo que habían venido desde España fueron drásticamente diezmados antes de iniciarse la batalla, mientras que otra buena parte de los soldados de los diferentes regimientos, traídos por la escuadra de Rodrigo de Torres, fueron enviados a otras plazas americanas para reforzar sus defensas.

 

Antes de empezar la batalla se produce un grave enfrentamiento entre Eslava y Lezo: el virrey, a pesar de haber descendido considerablemente el número de defensores debido a las enfermedades, no quería dar armas a los marineros de Lezo "por ser gente sin obediencia", según Eslava temiendo que en vez de cumplir órdenes saquearan las casas. Don Blas defendió con firmeza a sus marineros y no dejó de señalar que no sólo sabían manejar navíos sino que la experiencia siempre había demostrado que para las operaciones terrestres en el cuerpo de marina había hombres para todo.

 

Precisamente la experiencia daría la razón a Lezo demostraría que los hombres de mar tendrían un importante papel en el desarrollo de la batalla.

 

En cuanto a la artillería, repartidos por las murallas, baluartes, castillos y fuertes de la ciudad habría menos de 300 cañones (ver CAPÍTULO 16). Sumando la artillería naval y la de tierra, había una cifra aproximada de 700 bocas de fuego para defender la ciudad y su bahía.

 

 

 

FUERZA NAVAL

 

La constituía los buques al mando de Blas de Lezo, siendo una pequeña escuadra de sólo 6 navíos.

 

NAVÍOS

CAÑONES

DATOS

CAPITÁN

San Felipe

80

Botado en Guarnizo en 1726, construido por Lorenzo Arzueta (diseño de Gaztañeta)

Cap. de navío Daniel Huony

Galicia

70

Botado en La Graña, Ferrol, en 1729, construido por Lorenzo Arzueta

Cap. de navío Juan Jordán

Insignia Tte. Gral.

Blas de Lezo

África

64

Botado en La Habana en 1733, construido por Juan de Acosta

Cap. de fragata José Caamaño

Conquistador

64

Botado en La Habana en 1730, construido por Pedro Torres

Cap. de navío Juan Ignacio Salaverría

Dragón

60

Botado en La Habana en 1737, construido por Juan de Acosta

Cap. de fragata Francisco José de Ovando y Solís

San Carlos

60

Botado en Guarnizo en 1726, construido por Lorenzo Arzueta (diseño de Gaztañeta)

Cap. de fragata Félix Celdrán

En el puerto había algunos mercantes y embarcaciones menores en labores de apoyo y transporte.

 

 

Veremos a continuación las cifras inglesas. Edward Vernon llevó para asediar y asaltar Cartagena de Indias una cantidad de material bélico que deja pequeña la famosa Empresa de Inglaterra de Felipe II (aquella Armada sumaba 126 -  137 barcos, según cifra conmúnmente aceptada). Y no sólo en número de barcos de todo tipo sino también en potencia artillera y en tropa de asalto.

 

Es preciso recordar que la flota de Vernon (186 barcos con casi 30.000 hombres) no era de asalto, sino de ocupación. Su propósito era, una vez logrado el control de Cartagena, apoderarse de toda América del Sur.

Héroe demediado. Manuel Lucena Giraldo. ABC.es–Cultura , 17 de septiembre de 2013.

 

En efecto, la de Vernon fue la más grande flota de guerra de todo el periodo colonial inglés. El planeta no vería igual o superior despliegue de fuerza de asalto y desembarco hasta el Día D, 6 de junio de 1944, el famoso desembarco de Normandía durante la II Guerra Mundial, más de 200 años después.

 

Edward Vernon no podía quejarse, veámoslo:

 

MANDOS

 

Vicealmirante Edward Vernon

Contralmirante Chaloner Ogle (Marina)

Comodoro Richard Lestock (Marina)

Teniente General Thomas Wentworth (Ejército)

General John Guise (Ejército)

General William Blakeney (Ejército)

 

 

TROPA

SOLDADOS de regimientos británicos (incluyendo granaderos)

10.000  – 12.000

REGIMIENTO americano

2.763

MACHETEROS negros jamaicanos

1.000 – 2.000

MARINEROS

12.000  – 15.400

 

 

TOTAL

25.763  -  32.163

El regimiento americano estaba formado por colonos voluntarios provenientes de las posesiones inglesas en Norteamérica, sobre todo de Virginia, al mando del coronel William Gooch. Hoy día este grupo está considerado el origen del actual cuerpo de Marines de los EE.UU. En él servía como oficial Alexander Washington, el hermano del futuro primer presidente de EE.UU.

 

Estamos hablando, amigo lector, de alrededor de 30.000 hombres para asaltar una ciudad que entonces contaba con menos de 10.000 habitantes y estaba defendida por sólo 3.200 hombres, la mitad bisoños y, entre ellos, 600 indios armados con arco y flechas. Una proporción aproximada de 10 a 1.

 

Pero falta conocer la fuerza naval y la artillería, lo que nos hará calificar el conjunto de las fuerzas de Vernon como espectacular y apabullante (en medios materiales, la proporción era del orden de 8 a 1).

 

 

 

FUERZA NAVAL

(Se indican los nombres solamente de los navíos de línea)

 

TIPO

NOMBRE

CAÑONES

 

 

 

Navíos de 3 puentes

Princess Caroline     (Insignia VcAlm. Vernon)

80

 

Shrewsbury

80

 

Norfolk

80

 

Chichester

80

 

Torbay

80

 

Rusell                                 (Chaloner Ogle)

80

 

Cumberland

80

 

Boyne                                (Richard Lestock)

80

 

Princess Amelia

80

 

 

 

Navíos de 2 puentes

Burford

70

 

Hampton Court

70

 

Buckingham

70

 

Prince of Orange

70

 

Oxford

70

 

Weymouth

70

 

Suffolk

64

 

Prince Frederick

64

 

Augusta

64

 

Defiance

64

 

Dunkirk

64

 

Worcester

60

 

Depford

60

 

Princess Louisa

60

 

Lion

60

 

Tilbury

60

 

York

60

 

Jersey

60

 

Windsor Castle

60

 

Rippon

60

 

Advice

60

 

Montague

52

 

Norwich

50

 

Falmouth

50

 

Strafford

50

 

Litchfield

50

El conjunto de la fuerza naval inglesa arroja las siguientes cifras:

  • 9 navíos de tres puentes
  • 26 navíos de dos puentes
  • 10 fragatas
  • Buques menores (bombardas, brulotes, goletas, bergantines)
  • Alrededor de 130 barcos de transporte

 

      Total de velas: 186

 

NOTA:

Oscilando entre 130 y 195, las cifras que más se manejan están comprendidas entre 178 y 186 buques.

 

 

La artillería embarcada ascendía a 2.620 cañones. Las piezas de tierra eran del orden de 1.400 cañones. Sumada las piezas artilleras terrestres a las existentes en sus buques, Vernon disponía de alrededor de 4.000 bocas de fuego.

 

Espectacular. Apabullante.

 

Las cifras, una vez más, nos dan una idea del tremendo empeño que pusieron los ingleses en su intento de derribar el imperio español en América.

 

Ya se ha comparado con el famoso desembarco de Normandía pero, para quienes prefieran comparar con algún ejemplo moderno en la historia de España se puede hacer con el desembarco de Alhucemas, ocurrido en septiembre de 1925 en el marco de la Guerra del Rif. En esta ocasión, la fuerza española se componía de 13.000 soldados, 10 buques de guerra y 94 barcos menores de apoyo y transporte.

 

Así que haga el lector un pequeño esfuerzo mental y fórmese una idea de la imponente y sobrecogedora fuerza que Gran Bretaña envió a conquistar Cartagena de Indias. Si no consigue estremecerse o aún le cuesta imaginar aquello que se presentó ante la ciudad, entonces piense el lector que había unos 60 barcos más que en la famosa Armada que Felipe II envió contra Inglaterra y no contra los elementos.

 

Y es más: Los ingleses contaban, pues, con la movilidad de sus efectivos artillados, mientras los defensores quedaban más o menos inmovilizados en sus puestos, aunque con la ventaja de la protección de las murallas y parapetos, pero que, una vez vulnerados, cederían ante el desproporcionado embate de los atacantes. A juzgar por los efectivos desplegados, la plaza no se hallaba en su mejor estado de defensa y todavía tenía serias carencias de buques y hombres, además de víveres y pertrechos, glasis y terraplenes para contrarrestar la furia del bombardeo enemigo.

El día que España derrotó a Inglaterra. Pablo Victoria, Editorial Áltera. 2005

 

Y, finalmente, hagamos un resumen de las fuerzas de ambos bandos en siguiente tabla comparativa:

 

 

 

 

ESPAÑA

GRAN BRETAÑA

3.200   hombres

30.000   hombres

6  navíos

35  navíos

10  fragatas y  buques menores

398  cañones navales

2.620  cañones navales

Unas 700 piezas artilleras en total

Unas 4.000 piezas artilleras en total

 

 

 

 


De haber vencido Vernon en Cartagena de Indias no solamente nos encontraríamos hoy día con que colombianos, peruanos o ecuatorianos hablarían inglés, sino también con que la Historia habría dado un vuelco absoluto porque Gran Bretaña se habría hecho fuerte en el Caribe, España habría entrado en serias dificultades que llevarían a ceder terreno en América y posiblemente también en Europa, y el resultado de todo ello, a no tardar más que algunos años, no era otro que la caída del imperio español, tal como esperaba Gran Bretaña que sucediese. Precisamente por ello, la defensa de Cartagena de Indias supuso siete décadas más de hegemonía colonial española, alargando el comercio y las posesiones hasta entrado el siglo XIX cuando se produjo la independencia de las colonias americanas y, mientras tanto, se desalentó a Gran Bretaña de nuevas incursiones en el Caribe.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Se inicia el asedio : 13 de marzo de 1741

 

Una mañana desde Cartagena de Indias se divisan velas en lontananza. Parecen ser tres barcos. Dada la lejanía no es fácil reconocerlos. Quizás algunos quisieron creer que, con suerte, podía tratarse de galeones españoles. O, a lo mejor, sería un convoy de algún comerciante francés.

 

Pero no. Eran enemigos, sin duda. O sea, ingleses.

 

Se trata del navío Weymouth (70), al mando del capitán Charles Knowles, y otros dos buques. Se dirigen a la zona de Punta Canoas y La Boquilla. Su intención es reconocer la zona con el fin de fondear. Realizan algunos disparos con los que esperan conocer los emplazamientos de las defensas.

 

(Pulsar en las imágenes para ampliarlas)

 


IZQUIERDA, imagen general, de Google Earth, sobre la que se localizan algunos lugares. DERECHA, imagen actual de Punta Canoas al fondo.

 

 

-- ¡¡¡ Flota enemiga a la vistaaa !!!

Aquel grito del vigía mayor de la muralla fue repetido a lo largo del muro defensivo que rodeaba la ciudad; fue repetido en las garitas, los baluartes y, finalmente, en todas las calles de Cartagena por cuanto transeúnte tuvo a bien advertir a sus vecinos del inminente peligro. Las campanas de las inglesias, echadas al vuelo, eran la otra señal indiscutible de la inminencia del peligro. Ahora en los catalejos se hacían discernibles las banderas de la marina de guerra británica que acababan de izarse sobre los mástiles.

-¡Templad las cadenas!- ordenó el castellano Don Carlos Suillar de Desnaux, coronel de ingenieros, quien tenía a su cargo la defensa del castillos de San Luis que guardaba la entrada por Bocachica.

-¡Templad las cadenas!- fueron repitiendo la orden a lo largo de la línea de mando hasta que, finalmente, comenzaron a girar el enorme carrete sobre el cual se iban envolviendo lentamente las dos gruesas cadenas que Don Blas de Lezo había dispuesto para cerrar el primer anillo de las defensas que protegían el acceso a la bahía de Cartagena y que, amarradas al baluarte de San José, al otro extremo, constituían un difícil obstáculo a cualquier penetración.

RECREACIÓN LITERARIA. El día que España derrotó a Inglaterra. Pablo Victoria, Editorial Áltera. 2005

 

La avanzada de la escuadra del vicealmirante Vernon aparece frente a Cartagena de Indias el 13 de marzo de 1741. Así empieza a llegar lo que después será un bosque de palos y velas que ocultará progresivamente el horizonte ante los asombrados ojos de los cartageneros. Asombro, pero también miedo ante la impresionante fuerza naval que poco a poco se acumula, amenazante, frente a ellos.

 

Ese día 13 de marzo hacía exactamente un año desde la primera aparición de Vernon ante la plaza. Y en ese momento se iniciaba el día más largo para el imperio español. Los cartageneros aún no pueden discernir con claridad las intenciones inglesas pero Vernon se dirige a fondear hacia el nordeste de la ciudad. Los barcos quedarán así fondeados a media distancia entre Cartagena de Indias y Punta Canoas.

ARRIBA: defensas españolas en la batalla de Cartagena de Indias. Para asegurar el cierre de Bocagrande, Lezo había ordenado construir una escollera, mientras que al canal de Bocachica se le echaba el cerrojo con cadenas que se tensaban desde tierra. ABAJO: baterías y  buques en Bocachica (Lezo embarca en el Galicia) y Bocagrande.

Elaboración propia.


Lezo embarca en el navío Galicia (70), ordena largar velas y junto al San Carlos (60), el África (64) y el San Felipe (80) se dirige a Bocachica. Al llegar, envió un despacho al virrey solicitándole que se avisase al gobernador de  la ciudad de Santa Marta para que no aún no saliese de allí la escuadra de Rodrigo de Torres a auxiliar a Cartagena de Indias. El almirante Rodrigo de Torres se había abandonado Cartagena de Indias y se había dirigido a Santa Marta por diversas razones (ver CAPÍTULO 12), puerto en el que estaría bastante cerca de Cartagena de Indias en previsión de un ataque inglés y según lo acordado, pues se encontraba a sólo un día de navegación.

 

Torres albergaba serias dudas sobre las intenciones inglesas y encontró grandes dificultades de aprovisionamiento en Santa Marta. Decidió poner rumbo a La Habana dado que esta plaza la creyó un objetivo importante para los ingleses (sin duda podía serlo). Para su escuadra era asimismo conveniente porque La Habana era un  puerto que contaba con arsenal.

 

Torres fondeó en la capital cubana en febrero de 1741. Por tanto, Torres se había alejado de Cartagena de Indias y llevaba en Cuba más o menos un mes cuando Vernon apareció frente a las costas cartageneras.

 

Don Blas ignoraba en esos momentos que Torres ya no estaba en Santa Marta. Esta información sí había llegado a conocimiento del virrey Eslava pero este no se la había comunicado aún a Lezo. El alejamiento de Torres ponía en entredicho los planes defensivos del virrey.

 

Puede que el lector se asombre de que Lezo, convencido de que la escuadra española de Torres fondea en Santa Marta, reclame que esos barcos se queden quietos en aquel puerto y esperen, que no vengan aún a auxiliar a Cartagena. Pero es muy lógico que Lezo se preocupara por ello y en ese sentido.

 

Es que don Blas estaba en todo: aunque a primera vista parezca contradictorio, la idea de Lezo era que Torres no se precipitara en su salida, evitando que Vernon se pusiera en alerta; de esta forma, Vernon desplegaría confiadamente sus barcos en el litoral cartagenero y así, ahora con muchos barcos anclados, buena parte de ellos, previsiblemente, con tropa desembarcada, dificultades de movilidad e inmediata maniobra, en parte desprevenidos los ingleses y con muchas de sus fuerzas enzarzadas en combate con los defensores de Cartagena, entonces sí sería un buen momento para pillarlos con la escuadra de Torres atacándole por la espalda, acción que el propio Lezo apoyaría con sus navíos haciendo una salida por Bocachica, facilitando así el cumplimiento del plan defensivo del virrey Eslava en un momento favorable.

 

(Pulsar en las imágenes para ampliarlas)

 

La flota inglesa, procedente de Jamaica, se aproxima a Cartagena de Indias.

 

Este 13 de marzo en el que aparecen las primeras velas inglesas Lezo inicia la escritura de un Diario, en el que irá anotando día a día los aconteceres y sus pensamientos, en un estilo directo, sobrio y exento de florituras, hasta de manera casi telegráfica, rudo en ocasiones. Este primer día don Blas escribe:

Lunes 13 de marzo

Parecio un Bergantin por Punta de Canoa a las nueve dela mañana con dos Navios de 60 cañones, y alas doze dieron fondo detras de la Enzenada dela misma Punta y se reconosio ser Ingleses. Escrivi este dia a D Seuastian de Eslaua Exponiendole mi dictamen, sobre que diese orden al Govern.ºr. de Santa Martha, para que no saliesen de aquel Puerto para este, como lo solicitavan el Nauio Español, y Olandes, que conducia Viveres para la Esquadra de Dn. Rodrigo de Torres.

DIARIO DE LO ACAECIDO EN CARTAGENA DE INDIAS DESDE EL DIA 13 DE MARZO DE 1741 HASTA EL 20 DE MAYO DEL MISMO AÑO, QUE REMITE A S. M. DON BLAS DE LEZO.

Archivo Histórico Nacional. 

(En adelante, Diario de Lezo. Los corchetes que aparecerán en los textos son míos, intentando reducir la extensión de la lectura aunque procurando siempre reflejar las líneas que consideré esenciales).

 

¿Por qué decide Don Blas escribir este Diario? Cuando acabase el asalto inglés Don Blas tendría anotaciones diarias detalladas con las que emitir un fiel informe de lo ocurrido. Pero más posiblemente porque años atrás, cuando estuvo destinado a los Mares del Sur (ver su biografía, CAPÍTULO 13) ya tuvo una muy mala experiencia con el virrey del Perú y en aquella ocasión sus actuaciones, quejas y disputas con el virrey no habían quedado suficientemente documentadas. Aquella experiencia le causó graves inconvenientes personales y de seguro no quiso que ocurriera la misma indocumentación en una nueva experiencia con el virrey Eslava y que, a todas luces, se antojaba similar. Por tanto, Lezo iba a curarse en salud. No iba mal encaminado: en el futuro, el Diario sería un testimonio fundamental para reconsiderar la injusticia que se cometería con él castigándole a instancias del virrey tras la defensa de Cartagena de Indias.

 

El día 14, el siguiente a la aparición de las primeras velas inglesas ante la plaza española, el bergantín british Spencer trató de dar caza a la balandra francesa Lion procedente de la actual Haití y que, a toda vela, traía un despacho del gobernador francés. El bergantín falló en su caza. La balandra francesa entró en el puerto de Cartagena de Indias. El despacho francés consistía en avisar al virrey Eslava de lo siguiente: que existía el peligro de que una gran escuadra británica atacase la plaza porque -informan los franceses- a la altura de la isla Española se han contado más de 130 velas entre las que habrá alrededor de 36 navíos de guerra y que por su derrota parecen dirigirse a Cartagena de Indias.

 

Vaya, menuda primicia. Qué buenos son nuestros aliados franceses.

 

Don Blas de Lezo ya tenía información de sus espías y antes de que llegara la balandra francesa sospechaba lo que se le echaba encima.

 

En realidad la balandra se había equivocado por defecto.

 

Desde las 9’00 de la mañana del día 13, cuando fueron avistados los primeros barcos, estuvieron los ingleses aproximándose, acumulándose y desplegándose en cerco hasta el día 15, cuando llegó el grueso de la escuadra ofensora. Durante este tiempo Vernon fue informado del resultado de los reconocimientos de la zona que efectuaban los buques enviados al efecto. En la anotación de Don Blas en el día 14 de marzo ya se señalan, por primera vez, las diferencias de criterio respecto a cómo debía abordarse la defensa de Cartagena de Indias, los roces en el trato personal con Eslava y la falta de diligencia de este en cumplir con sus responsabilidades.

Martes 14

 [ … ]    y no se si por  Don Sebastian de Eslava se ha dado algunas providencias  para  resguardo  delas costas y observar los movimientos delos Enemigos. Alas tres y media dela  tarde  llego ami casa  vn  Capitán  devna Valandra  francesa   [ … ]   Pasé luego a ver a Dn. Sevastian de Eslava, y le comuniqué estas noticias   [ … ]   Dixele pues que hazemos con estas noticias, por que es tiempo de que V. E. vaya dando sus providencias en los Castillos, y Plaza, y lo principal es sauer como estamos de viveres, aque me respondio; porlo que toca alos Castillos halla selos llevarán, y lo que les faltase lo darán los Nauios respondile que si, y todo lo demas que huviere en ellos, y que fuere necesario; Dixele por que no embiaba alguna jente hacia la Voquilla para impedir que los Botes y Lanchas delos Enemigos no fuesen a tierra, ni se acercasen de aquella costa como lo hacían; respondiendome yo no lo he savido pero mañana daré orden para que bayan pidiome jente para guarnecer los Castillos [ … ] Pidiome quarenta hombres para montar en castillo grande la Artillería que hize desembarcar del nauio San Phelipe con sus municiones, y demas pertrechos necesarios para su vso [ … ] reparando que demucho tiempo aesta parte D Sevastian de Eslava, no me ha respondido nunca aninguna proposición, y advertencias, que le he hecho convenientes para la defensa de esta ciudad, y Castillo y todo ha sido callar, y manifestar displisencia.

Diario de Lezo

La anotación no podía ser más justa, pues insinuaba graves negligencias por parte de quien también había sido encargado de velar por la defensa de la ciudad y quien, técnicamente, era el responsable político de la Plaza, y quien podía administrar recursos públicos y allegarlos de otras provincias. [ … ] Esto se trasluce cuando, en la misiva  (se trata de la Carta de Blas de Lezo al ministro Villarias, que acompaña a la remisión de su Diario), Lezo explica que solicitó ayuda a Santa Fe de Bogotá y que esta ciudad se la negó por falta de recursos: “… Solicité en tiempo oportuno los recursos necesarios a este importante fin a las colonias francesas y al reino de Santa Fe, no consintiendo en ello por el motivo de no tener caudales … “ ¿No debería haber estado a cargo de Eslava esta solicitud, como responsable político y administrativo, y no bajo responsabilidad de un general de la Armada?

El día que España derrotó a Inglaterra. Pablo Victoria, Editorial Áltera. 2005.

 

Como se lee en tal anotación del día 14, Lezo ofrece su artillería, pertrechos y marineros para todo lo que haga falta. Pero Don Blas anota, con resignación y cierto tono amargo, la poca consideración que con él tiene el virrey, la falta de previsión de este y lo erróneo de algunas de sus disposiciones


Cuando finalmente arribaron todas las fuerzas enemigas el día 15, ver todo aquello debió ser realmente estremecedor. La información de la balandra francesa era errónea porque allí había mucho más que 130 velas. Aquello era una selva flotante ante la cual de poco parecían valer el prestigio y la aureola del que llamaban “almirante Patapalo”. Las fuerzas inglesas presentaban un despliegue intimidatorio. Estaba clarísimo que esta vez Vernon no había planteado una escaramuza e iba a por todas. Cunde el pánico entre la población, que organiza expediciones para abandonar la ciudad.

Lezo el invicto, nuestro hombre en los océanos.

Óleo sobre lienzo 60x30, fechado en 2014.

Autor: Antonio Navarro Menchón.

En este cuadro el pintor no ha pretendido reflejar la Historia con rigurosidad  (lo que se aprecia claramente en diversos detalles y que el autor no oculta), sino que trata de centrar la atención del espectador en la actitud del marino, el cual, lejos de inmutarse, nos transmite tanta decisión y carácter como firmeza y temple. Nos sitúa a Lezo en ese lugar al que se sintió destinado toda su vida, la cubierta de un navío (y quien esto escribe cree que es el único cuadro existente en el que Lezo está representado en un navío). Y en un navío Lezo siempre demostró su disposición y valentía, como en este caso donde observa con entereza el despliegue de la flota inglesa enemiga. Sin duda, a un hombre como él, curtido en muchas batallas y siempre invicto, no le iban a impresionar fácilmente los ingleses por muy numerosos que fueran.

Cortesía del autor.

 

Blas de Lezo no tenía duda de que los ingleses intentarían un desembarco por la zona de La Boquilla para rodear la ciudad pero que tal cosa sería un ataque secundario. No obstante, había que evitar a toda costa dicho desembarco para obligarles a forzar el paso por Bocachica. En este canal situó, en apoyo mutuo de los fuegos del castillo de San Luis, cuatro de sus navíos. El más próximo, el Galicia (70), su buque insignia. A continuación, en línea y en este orden, los navíos San Felipe (80), África (64) y San Carlos (60). La línea cubría desde las proximidades del castillo de San Luis hasta cerca del extremo norte de la isla de Barú.

 

La entrada de Bocagrande estaba cegada, de manera que era imposible el paso de navíos. El lector más avispado se preguntará: entonces, ¿por qué situar allí dos navíos si los enemigos no pueden pasar?

 

Por varias razones. En primer lugar, Bocagrande se estaba abriendo de nuevo. Tiempo atrás, en previsión de resguardar la playa de posibles desembarcos, se había abierto un pequeño canalillo para que los botes de los navíos pudieran pasar a Playa Grande en acciones de defensa. Para poder hacerlo cortaron los manglares que cubrían el istmo de arena. Los mapas de la época reflejan una apertura o pequeño canal de escasa profundidad en la barra de tierra. Poco después se desencadenó un temporal, que agrandó el canalillo y abrió otros. Ciertamente, los navíos no podían pasar, pero sí podían hacerlo sus botes al ser embarcaciones de muy escaso calado. Además, cabía la posibilidad, siquiera remota, de que los ingleses intentasen un desembarco por la zona.

 

(Pulsar en las imágenes para ampliarlas)

 

PLANO de la Bahia de Cartagena de las Yndias en 10 Gs 25 Mins 48 Segs de latitud Boreal, y en 301 Gs 19 Mins 38 Segs de longitud. Contada del Meridiano de Tenerife, en la Costa del Norte de la América Meridional; Levantado por Odn. del Rey Nro Sr. Año de 1735.

 

Este mapa es de Antonio de Ulloa y fue publicado en Madrid en 1748 en la obra conjunta con Jorge Juan titulada Relación histórica del viage a la América Meridional hecho por orden de S. Mag. para medir algunos grados de meridiano terrestre y venir por ellos en conocimiento de la verdadera figura y magnitud de la tierra, con otras observaciones astronómicas y phísicas. Este mapa muestra un nivel de detalle poco habitual para la época, con anotaciones de islas, ríos y poblaciones, entre otras Sirvió de modelo para los mapas de la bahía hasta finales del siglo XVIII. Se complementa con el plano de la ciudad publicado en la misma obra (se puede ver en esta página en el CAPÍTULO 16).

 

 

Lezo había ordenado dos años antes que se construyese una escollera a base de cajones de madera que fueron hundidos para que la arena se fuese apilando. Finalmente, recordemos que en un consejo de guerra mantenido tiempo atrás (noviembre de 1740) durante la estancia de Rodrigo de Torres con su escuadra en la ciudad se decidió que dos navíos fuesen destinados a Bocagrande y el resto de fuerza naval se destinase a Bocachica, razonándose para ello la conveniencia de contar con alguna reserva naval por un lado y, por otro, porque dada la estrechez del canal de Bocachica no convenía el apiñamiento de navíos pues se dificultarían entre sí las maniobras.

 

Por todo ello, Don Blas situó frente al canal de Bocagrande sus navíos  Dragón (60) y Conquistador (64), acoderándolos cerca de tierra. Los navíos, anclados, podían hacer fuego únicamente desde una de las bandas, por lo que Lezo ordenó que fuese desembarcada parte de la artillería de sus navíos con el fin de formar baterías en tierra allá donde se necesitasen, incluyendo parte de la dotación para servir los cañones.

 

Con el paso de los años el canalillo se fue abriendo, y surgieron otros por efecto de corrientes y mareas, hasta el punto de que en 1750, pocos años después de la batalla por Cartagena, amenazaba con dejar paso franco a los navíos de alto bordo, desmontando así todo el andamiaje defensivo que se había centrado en Bocachica.

 

A las 15’00 horas del 15 de marzo, el navío Weymouth (70) realiza cinco disparos y seguidamente iza una bandera blanca. Era la señal acordada para indicar la ausencia de navíos enemigos en aquellas aguas. Seguidamente, el grueso de la flota inglesa se acerca hacia las zonas de La Boquilla y Punta Canoa.

 

El General ya no pudo contenerse y se volvió a dirigir al palacio virreinal, donde confrontó a Eslava, entrando directamente a su despacho sin solicitar audiencia ni anuncio:

-¡Vive Dios que van a masacrar a esos muchachos en las baterías de La Boquilla, Señor Virrey, y vos seréis responsable de lo que allí suceda! –entró diciendo al despacho de Eslava, quien se levantó inmediatamente de su silla al ver la impetuosidad del General. Lezo continuó, señalando al Virrey-: La Armada de Vernon está fondeada en la ensenada de Punta Canoa y va a desembarcar hombres y pertrechos por allí. Es imperativo que hagáis algo; de lo contrario, me veré precisado a sacar mis marinos de Cartagena y trasladarlos a La Boquilla para evitar una masacre.

-¡No sacaréis a nadie de Cartagena, General! –contestó el Virrey enfadado en grado sumo. Y añadió: -Yo atenderé eso enviando hombres desde La Popa.

-Como digáis, Vuecencia, pero sabed que es preciso enviar suficientes refuerzos a esas baterías -dijo golpeando la mesa-. Yo, francamente, no entiendo qué hacéis con tantos soldados en La Popa cuando se necesitan en el frente … Y, en todo caso, tras el Caño del Ahorcado, para no dejar pasar al enemigo, y no donde los tenéis.

RECREACIÓN LITERARIA. El día que España derrotó a Inglaterra. Pablo Victoria, Editorial Áltera. 2005 .

 

Al ver los preparativos ingleses, desde la ciudad se envían a la zona tres compañías al mando del capitán Pedro Casellas y 40 soldados de caballería, reforzando el destacamento previamente existente allí. Al día siguiente se acercan a tierra varios buques ingleses y realizan una primera tentativa de desembarco. Tantean en terreno, pero se encuentran, además de una aproximación difícil para los lanchones de desembarco debido a las corrientes, con las dificultades propias de la zona, llena de canales de agua y de difícil avance, con una guarnición reforzada de defensores, que los rechazan usando artillería y nutrido fuego de fusilería. No consiguen consolidar una cabeza de playa.

 

Vernon sopesa en la situación.

 

Amaga. Ronda las costas.

ARRIBA, imagen actual de La Boquilla en un día nublado. Al frente la playa y detrás la Ciénaga de Tesca. DERECHA ARRIBA, detalle de un diorama de la batalla donde observamos buques ingleses en La Boquilla y, en primer término, el castillo de San Felipe de Barajas y torres del santuario de La Popa. DERECHA ABAJO, continuación de la escena vista desde el lado ingles, en la cual podemos observar Bocagrande vigilada por dos navíos españoles y, al fondo Bocachica, con cuatro navíos dispuestos en la boca del canal. Este diorama se construyó en 1995 y se expuso por primera vez en el Centro Cultural Fernández de los Ríos, Madrid. La exposición fue inaugurada por el entonces alcalde de Madrid José Mª Álvarez del Manzano. Es un diorama enorme (54 metros cuadrados, 9 mts de un lado y 6 mts. del otro). Hay soldaditos de plomo sobre las cubiertas de los barcos, siendo estos más de 75. A lo largo de estos capítulos sobre la batalla irán apareciendo más imágenes del diorama.


Comprueba, por un lado, que por su frente marítimo es inaccesible la ciudad tras bombardear con 17 navíos y dos bombardas. Tal como había sucedido en numerosas ocasiones anteriores y ya lo habían comprobado Drake, Pointis y el propio Vernon. Y, por otro, observa Vernon que el posible desembarco por La Boquilla ha sido contenido. A ello han contribuido las defensas españolas, el oleaje de la zona y la corrientes de resaca. Algo que también era históricamente conocido.

 

Vernon tardará casi cuatro días en decidir lo que iban a hacer a continuación y por dónde desembarcar. Su plan de hacer pinza (La Boquilla al norte y Bocachica al sur) empieza a tener inconvenientes.

 

Don Blas dejó una nueva anotación el día 15 en su Diario.

Miercoles 15

Embie a pedir a Don Sevastian de Eslava vna nota dela jente demar, que necesita para guarnecer el Castillo de Sn Luis, y Baterias de Bocachica, y me pidio doscientos quarenta y dos hombres, y quinze mill raziones para aquellos sitios de cuio pedimento colijo, que no se ha hecho cargo dela jente, que necesitan aquellas fortalezas   [ … ] Alas tres dela tarde deeste dia se descubrieron por el norueste siete Nauios [ … ]  Parece que esta jente se inclina á hazer su desembarco en la Boquilla [ … ]  pasé auer al Virrey, y haviendole dicho que haciamos me respondio, que hemos de hazer, replique impedirles el desembarco [ … ]

Diario de Lezo

Eslava, habiéndoselo indicado Lezo, envía 100 hombres a La Boquilla.

 

Para que no volvieran a intentarlo, envIará la tarde del día 19 otros 150 hombres a reforzar el lugar.

 

Los ingleses entendieron claramente que era mejor buscar otra alternativa en lugar de intentar un desembarco en ese punto de la costa.

 

Esto hizo que Vernon siempre estuviese preocupado por un posible ataque a sus espaldas de la escuadra de Torres fondeada en La Habana. Alargar demasiado sus líneas era un riesgo para él.


Por tanto, no podía exponer su fuerza en tres lugares simultáneamente, La Boquilla, frente a Cartagena y en Bocachica. No le parecía prudente continuar un desembarco con mucha tropa en La Boquilla para avanzar hacia el castillo de San Felipe y, al mismo tiempo, combatir con el resto de sus fuerzas en Bocachica. En resumen, se viene abajo su inicial plan de ataque consistente en realizar un desembarco por el norte y avanzar desde allí hacia La Popa, para dominar las alturas, y desde allí hacia el castillo de San Felipe de Barajas, con lo cual, controlaría el único acceso terrestre posible a la ciudad de Cartagena de Indias. Con ello, la operación habría sido rápida y se evitaría forzar la entrada del canal fortificado de Bocachica. Al no poder llevar a cabo este primer desembarco se vio obligado a penetrar por Bocachica, lo que le llevaría mucho más tiempo. Así, este fracaso inicial en La Boquilla se convierte en sustancial en el desarrollo de la batalla.

 

Todo ello se ajustaba, además, a la estrategia defensiva de Lezo, a quien los hechos le daban la razón, y no tanto a la de Eslava. Estaba sucediendo lo que Don Blas había predicho y la experiencia de ataques anteriores a la ciudad había enseñado. Era fundamental impedir una penetración por La Boquilla (no  lo era plantear una resistencia que los dejara pasar hacia el interior donde se les rodearía, como proponía Eslava), desembarco complicado, por otra parte, dadas las caracterísitcas del terreno, provocando así que los ingleses se dirigieran a Bocachica, lugar mucho más fortificado que previsiblemente les costaría mucho esfuerzo tomar, de manera que retrasaría considerablemente el avance inglés.

 

Todo ello explica que se actuase con rapidez enviando soldados a rechazar un posible desembarco inglés en La Boquilla.

 

(Pulsar en las imágenes para ampliarlas)

 

ARRIBA, mapa de elaboración propia donde se indica la dirección de ataque inglés: tras acercarse a La Boquilla se dirigirán a intentar la penetración en la bahía por el canal de Bocachica. Desembarcar y atacar desde La Boquilla era complicado debido a las condiciones del terreno. Obsérvese que los desembarcados debían salvar el Caño del Ahorcado si deseaban conquistar el castillo de San Felipe de Barajas. Pero si decidían dirigirse directamente hacia la ciudad tendrían que hacerlo por un terreno estrecho, de suelo blando y pantanoso, donde era muy difícil maniobrar. Al final de la estrecha manga de tierra la ciudad estaba protegida por baluartes. DERECHA ARRIBA: vista general del diorama de la batalla donde apreciamos, en primer término, buques ingleses virando ante La Boquilla y se dirigen a Bocachica, que vemos al fondo. DERECHA ABAJO: un grupo de buques ingleses pasa frente a la ciudad dirigiéndose a Bocachia.


No obstante, Lezo se da cuenta que la avalancha naval inglesa es imposible contenerla con sus pocos navíos y entiende, desde el principio, que debe mantener a los ingleses en el mar el máximo tiempo posible. Ceder terreno sólo se debía hacer después de que hubieran sufrido un desgaste. Pero eso debía ocurrir en momento y lugar más adecuado a los intereses españoles y no en La Boquilla. El ataque terrestre tendría que ser cuando los ingleses consiguieran pasar de Bocachica al interior de la bahía; entonces debían desembarcar si querían conquistar el castillo de San Felipe de Barajas, guardián de la entrada a Cartagena de Indias. Pero para llevar con éxito esta operación sería decisivo que las tropas inglesas  desembarcadas tuvieran apoyo naval, lo cual sería complicado.

 

El fundamental detalle del apoyo naval a las tropas de tierra inglesas preocupaba seriamente al comandante de las mismas, el general Thomas Wentworth, quien no estaba seguro de tenerlo garantizado por parte de Vernon. Lezo parecía tener un sexto sentido para acertar con los problemas ingleses.

 

Si el fracaso del desembarco inglés en La Boquilla había sido importante para el desarrollo de las operaciones, Bocachica se revelaba ahora como punto fundamental de la batalla. De hecho, Vernon ya ha decidido lo que harán sus fuerzas: da instrucciones al contralmirante Chaloner Ogle para que se responsabilice de la operación en Tierra Bomba, al comodoro Richard Lestock para que opere en la isla de Barú y asigna al general Wentworth la realización de las operaciones terrestres contra las fortalezas y posiciones españolas en Bocachica. Vernon se reserva para sí la posibilidad de impulsar y socorrer a alguno de los otros grupos según evolucionara la situación.

Jueves 16

Este dia alas seis fui auer a D Sevastian de Eslava, y le dixe si tenia que prevenirme algo que me iba abordo de los nauios de Bocachica, respondiome que auía puesto para Comandante de San Luis, y demas Baterias al Ingeniero maior Don Carlos de Enaut [ … ] luego que llegué a Bocachica me informe del estado en que estaban los Castillos y Vaterias y los halle faltos de un todo. Inmediatamente di providencia de embiar atodos Viveres, Jente, Polvora, Valas, Cartuchos, Atacadores, Lanadas, Metralla y todo lo demas correspondiente para su defensa. Participe todo esto a D Sevastian de Eslava en papel deeste dia [ … ]

Diario de Lezo

Por fin, el virrey accede a regañadientes a reforzar Bocachica, como había pedido Lezo, y envía esos 242 hombres y esas 15.000 raciones de comida que hemos visto anotar a don Blas en su Diario el día 15. Sin embargo el virrey ha racaneado mucho en este apoyo porque el castillo de San Luis debía ser defendido con mayor cantidad de gente para la que se necesitaban más de 40.000 raciones de comida, pues había que prever y calcular un amplio tiempo de resistencia y durante ese tiempo los defensores debían tener el sustento necesario.

 

El día 16 Don Blas se dirige a Bocachica, donde el expectante y temeroso silencio lo envuelve todo. Durante la noche la tensión es máxima. La sensibilidad, en exceso nerviosa, se haya a flor de piel, los sonidos del viento se tornan electrizantes y hasta el rumor de las olas resulta sospechoso. La calma nunca ha sido más falsa.



ENTRADA MÁS RECIENTE :

TABLA DE CONTENIDOS

INICIO

Bienvenidos

LA GUERRA DEL ASIENTO

ÍNDICE

( Esta sección contiene

20 capítulos y una

tabla cronológica )

ENTRADAS MÁS POPULARES :

1 - Casco. Partes y estructura

2 - Aparejo. Velas

3 - El pabellón de la Armada

 

EL AUTOR

PARA CONTACTAR

 

HISTORIA NAVAL

MEMORIA SECULAR ESPAÑOLA

 

RECOMENDAR

O SEGUIR EN : 



 

 

¿TE GUSTA ESTA WEB? 

VÓTALA Y ME AYUDARÁS

 A IMPULSARLA 

 

Pulsa aquí

 

 

 

 

RELOJ Y CALENDARIO

 

CONSULTA EL DICCIONARIO :

 

         CONTADOR DE VISITAS

Web Analytics